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¿Tenés el tanque adecuado?
Llega el calor y hay que prepararse para el verano. Una de las cuestiones fundamentales a tener en cuenta es la reserva de agua domiciliaria.
Y no sólo en el verano. Tener las reservas adecuadas es importante para no quedarse sin agua en cualquier época del año.
El Código de Edificación vigente para nuestra ciudad establece que la reserva de agua para una vivienda residencial debe tener una capacidad de 800 litros por habitación, mientras que para hoteles, sanatorios, complejos habitacionales y negocios en general, la capacidad del tanque debe ser de 500 litros por baño.
Respetar la normativa y contar con la capacidad de almacenamiento acorde permite sobrellevar entre uno y tres días las interrupciones del servicio en casos de roturas o situaciones que alteren imprevistamente la regularidad del servicio.
En la misma línea y con el fin de consolidar conductas de cuidado y ahorro de agua, la Cooperativa Integral solicita a los propietarios revisar infraestructuras internas para que se eliminen la totalidad de las pérdidas contando con correctos empalmes de cañerías, flotantes y la red en buen estado.
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¿Porqué tomar agua de la canilla?
– El agua de la canilla proviene del Río San Antonio y río arriba de la toma no existen asentamientos humanos que lo puedan contaminar.
– Cuando el agua pasa por la Planta Potabilizadora en Cuesta Blanca, recibe el tratamiento requerido por la Organización Mundial de la Salud para convertirla en potable. Allí el laboratorio de la COOPI, con tecnología de última generación y profesionales capacitados, realiza estrictos controles de calidad.
– Por eso el agua se puede tomar en forma directa, sin ningún agregado o tratamiento. Para mantener la calidad del agua que recibe cada propiedad debemos limpiar una vez al año la cisterna o el tanque de reserva de nuestros domicilios.
– El costo para el usuario del litro de agua potable de la canilla es sustancialmente más económico que el litro de agua comprado en bidones o botellas.
– El agua de la red no produce residuos sólidos contaminantes En cambio la envasada genera botellas plásticas de las cuales más del 80% NO son reciclables.
– El agua que potabiliza la COOPI en Cuesta Blanca, se transporta a los domicilios por gravedad, utilizándose bombas en contadas excepciones, con el ahorro de energía que eso significa. En cambio la envasada, en general, debe transportarse cientos de kilómetros, consumiendo combustibles y otros recursos. El agua de la canilla sabemos con exactitud de donde proviene, en este caso del Río San Antonio en Cuesta Blanca, en cambio en la envasada su origen no es preciso.
Al estar la planta en Cuesta Blanca, el agua tarda apenas unas horas en llegar a casa. A diferencia del agua comercial que permanece mucho tiempo en los envases de plástico.
– Mientras lavamos los platos no dejemos la canilla abierta. Y cuando nos cepillamos los dientes tampoco. Con éste pequeño esfuerzo ahorraremos bastante agua potable.
– Si tenemos que lavar la vereda no lo hagamos con la manguera. Utilicemos un balde y escoba. Lo mismo si necesitamos lavar el auto: balde amigo o pistolas de agua para reducir el consumo.
– Una cosa muy simple: Una canilla que gotea derrocha hasta 96 litros de agua potable por día. Revisemos las instalaciones periódicamente para detectar pérdidas.
– Mantener un jardín siempre verde consume mucha agua potable. Las plantas autóctonas sobreviven sin necesidad de riego o con poca agua. Hay árboles y arbustos autóctonos muy bonitos y ornamentales.
– ¿Cuánto tiempo nos lleva darnos una ducha? ¿10 minutos, quizá 20? Recortar el tiempo de la ducha, aunque sea en un minuto, puede marcar la diferencia. Por cada minuto se ahorran unos 20 litros.
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Tips para cuidar el agua
EN LA COCINA
Cuando dejamos una canilla abierta mientras lavamos los platos, derrochamos 100 litros de agua. Al lavar los platos no dejemos que el agua corra mientras se enjuagan. Llenemos un lado de la pileta con agua para lavar y el otro con agua para enjuagar.
EN EL BAÑO
Al cepillarnos los dientes sin cerrar la canilla, derrochamos 20 litros de agua. Cerremos las canillas que abrimos innecesariamente al lavarnos los dientes. Al ducharnos 15 minutos gastamos 60 litros de agua y 350 litros si tomamos un baño de inmersión. Tomemos duchas cortas y restrinjamos los baños de inmersión.
EN LA VEREDA
Lavar la vereda con manguera nos lleva 50 litros de agua cada 10 minutos. Limpiemos la vereda con una escoba en lugar de utilizar
la manguera todos los días.
PÉRDIDAS
Una canilla que gotea derrocha 96 litros por día. Revisemos las cañerías periódicamente para detectar fugas. Controlemos el medidor, si se mueve algún indicador cuando no estamos consumiendo agua, puede que haya una perdida en algún caño, canilla o depósito del baño.
EN EL JARDÍN
Al regar los jardines derrochamos 240 litros de agua cada 1 hora.
Elijamos plantas autóctonas de la región que se adecuan naturalmente a los períodos secos y sobreviven sin necesidad de riego o con poca agua. Reagrupemos las plantas según necesiten más o menos agua para no malgastarla en aquellas que no la precisen. Reguemos siempre durante las primeras horas de la mañana o las últimas de la tarde, cuando la temperatura es más fresca, para reducir al mínimo la evaporación. Recojamos agua de lluvia para regar. Echemos el agua directamente sobre las raíces para asegurar que las plantas la absorban completamente.
Cavemos una pequeña zanja alrededor de los árboles para facilitar que el agua penetre y no se escape.
EL AUTO
Cuando lavamos el auto con manguera derrochamos 100 litros de agua cada 25 minutos. Al lavar el automóvil, usemos balde o pistolas de agua para reducir el consumo.
Cuidarnos entre todos
La salud de la ciudad depende de todos. Que cada uno aporte su parte, es una forma de cuidarnos entre todos. Recuerde siempre que todas las conexiones cloacales están diseñadas y construidas para permitir únicamente el paso de líquidos o otros materiales degradables.
Tenga en cuenta que no se deben conectar los desagües pluviales a la cloaca domiciliaria dado que esto genera graves inconvenientes en el servicio.
No arroje a la red elementos como:
Pañales – Escombros – Papeles y servilletas – Restos de comida – Bolsas de nylon – Botellas – Colillas de cigarrillos – Grasas, aceites y lubricantes – Trapos – Cualquier otro elemento incompatible con los líquidos que deben circular por la red.