Cooperativismo

Cooperativismo
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Una cooperativa es un medio de ayuda mutua para beneficio de todos. Es una asociación voluntaria de personas y no de capitales; con plena personería jurídica; de duración indefinida; de responsabilidad limitada; donde las personas se unen para trabajar con el fin de buscar beneficios para todos.

El principal objetivo es el servicio y no el lucro o la ganancia fácil. Las cooperativas se rigen por estatutos y por la ley de asociaciones cooperativas.

La consigna es el espíritu de hermandad e igualdad entre sus miembros, donde todos tienen los mismos deberes y derechos. Sólo puede llamarse cooperativista a aquel que permanentemente piensa, razona y actúa de acuerdo con la filosofía y los principios cooperativos.

El rojo representa el fuego y el amor que une a las personas. El cooperativismo es la fragua donde nos forjamos un destino feliz en un marco de igualdad y de democracia.
El naranja nos recuerda un amanecer glorioso. El cooperativismo es como un surtidor de logros en diversos campos: ahorro, crédito, consumo, mercadeo, producción, vivienda, seguro, educación, arte y servicios necesarios para el consumidor.
El amarillo es el color del sol que da luz, calor y vida. El cooperativismo nos asegura una vida feliz, dinámica y solidaria.
El verde representa la esperanza de los que, unidos en el amor y en el trabajo, hacen posible el milagro de la cooperación.
El azul celeste es la ilusión. Es el color del cielo y nos estimula a admirar la belleza de la creación.
El azul marino encarna el valor que nos impulsa a buscar nuevas rutas y nuevos surcos donde acunar la semilla de la fe y la cooperación.
El violeta significa la humildad, una de las virtudes que nos acerca más a lo divino y al prójimo.

Declaración emitida por el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos
Buenos Aires, 25 de junio de 2013
CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN
Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos Coop. Ltda.

PRINCIPIOS Y VALORES PARA LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL
El ideario cooperativo contribuye a la construcción de un mundo mejor. Los conceptos acuñados por los precursores del cooperativismo y enriquecidos por la experiencia acumulada a lo largo de más de un siglo y medio, adquieren una notable vigencia en el marco de la crisis civilizatoria que atraviesa la humanidad.
Los valores y principios de la cooperación orientan la gestión eficaz y eficiente de las empresas cooperativas, y al mismo tiempo aportan una cosmovisión para el diseño de una sociedad más justa y solidaria.
En efecto, el Principio de Puertas Abiertas proyectado hacia la organización política de las naciones, contribuiría a la inclusión social sin discriminaciones, respetando la diversidad como un factor enriquecedor de la condición humana.
El Control Democrático, cuya expresión más clara y contundente es "un asociado, un voto", constituye una premisa fundamental para ejercitar la democracia participativa, donde los ciudadanos y las ciudadanas son artífices de sus destinos, a través de un protagonismo consciente en el diseño y la puesta en práctica del proyecto de país acorde con sus más genuinos anhelos.
La democracia no se agota en la emisión del voto cada dos años, sino que además de garantizar la participación cívica en la elección de sus representantes, debe asegurar el control de gestión de quienes asumen cargos electivos. Más aún, la experiencia de las cooperativas exitosas demuestra que se puede articular eficazmente la participación democrática de los asociados con la eficiencia empresarial.
Ese modelo de gestión permitiría amalgamar las aspiraciones individuales con el proyecto colectivo, haciendo realidad el sueño utópico pero no imposible de dar a cada cual según sus necesidades.
La Distribución de los Excedentes es equiparable al reparto equitativo de la riqueza. Así como en una cooperativa se distribuyen los resultados positivos de cada ejercicio económico en proporción a la utilización de los servicios por parte de los asociados, las riquezas acumuladas por el esfuerzo de millones de personas en un país deberían fluir hacia el conjunto de la sociedad garantizando el bienestar de todos sus habitantes.
El capital, factor indispensable en la producción de bienes y servicios, no es otra cosa que trabajo acumulado. Por lo tanto, una sociedad justa y solidaria no puede permitir que ese recurso se concentre en un polo de privilegio, a expensas de la postergación de las mayorías.
El principio de la Educación es, indudablemente, el factor clave para posibilitar que los asociados conozcan y ejerciten sus derechos. De igual modo, una ciudadanía educada, con capacidad de pensamiento crítico, con acceso a la información y posibilidad de interpretarla en todas sus formas, es la condición indispensable para sustentar y profundizar la democracia política, económica, social y cultural de una nación.
La Integración, expresada como cooperación entre cooperativas, también es de vital importancia entre los pueblos y sus respectivos estados nacionales. Es el camino para preservar la paz y la convivencia respetuosa y fraternal, y también para garantizar que los frutos de la tierra, la ciencia y la tecnología se distribuyan en función del bien común.
El Interés por la Comunidad va más allá de la membrecía propia de cada cooperativa. Es la responsabilidad por el cuidado de la naturaleza y, más aún, el conjunto de acciones destinadas a proceder con racionalidad para utilizar los recursos no renovables, asegurando la biodiversidad para las generaciones presentes y futuras.
Estos principios básicos y a la vez esenciales, así como el valor de la solidaridad, pueden y deben incidir en el debate contemporáneo para superar la crisis del sistema dominante y fortalecer la esperanza activa de que otro mundo es necesario y posible.
El cooperativismo, en tanto movimiento social, puede aportar mucho más que un ejemplo de buen desempeño económico. Cuenta con un bagaje conceptual formidable para nutrir a sus asociados, hombres y mujeres de la economía solidaria, en la batalla de ideas que permita instalar la cultura de la ayuda mutua, el esfuerzo propio y el amor al prójimo.

En la Coopi venimos trabajando a través de distintas acciones en los ámbitos educativos oficiales y los relacionados a la economía social para que el cooperativismo sea parte de las currículas educativas.

Propusimos el tema en ámbitos como el Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba, el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC), el Banco Credicoop y federaciones cooperativas.

¿Por qué es importante enseñar el cooperativismo?

En un sistema que da por establecido la opción de lo individual sobre el conjunto, el cooperativismo es una forma de organización social que propone y genera crecimiento apoyado en valores colectivos.

Diciendo y haciendo

Desde Villa Carlos Paz la Coopi viene realizando actividades que concretan en la práctica lo reclamado.

Dos actividades se destacan en la relación Coopi Comunidad educativa :

  • Visitas educativas al Sistema de Saneamiento.  A final de los años 80 la Coopi comenzó a trabajar con las escuelas de Villa Carlos Paz realizando visitas de alumnos y docentes a la planta potabilizadora de Cuesta Blanca. Con el correr del tiempo la actividad se consolidó, creando una nueva relación entre los recursos hídricos y los educandos. Las visitas hoy recorren el Sistema de Saneamiento y otras instalaciones cooperativas e incluyen a los distintos niveles educativos.
  • Pero la Coopi también se hace aula: hace 17 años funciona en el Centro Operativo Paraguay el Centro de Apoyo Pedagógico Nº 6 (CAP) que brinda una alternativa para terminar los estudios primarios. El mismo lugar alberga también al  Cenma 217 Anexo Coopi, el secundario para adultos con modalidad semipresencial. "La educación como derecho social es un derecho básico de todas las personas, y debe ser reconocido por todos los Estados a sus ciudadanos".

La Coopi desde sus convicciones y a través de una propuesta concreta efectiviza el vínculo educación-cooperativismo, cooperativismo-educación sosteniendo y potenciando espacios educativos y culturales. La clave es el operar en conjunto, de allí la importancia que ese hacer, esté mediado por personas que se sientan sujetos críticos de ese proceso y no objetos del mismo. Las visitas educativas y las escuelas primarias y secundarias son el aporte concreto de esa búsqueda.